Mi experiencia Erasmus en Portugal
Hola, me llamo Bru Octavio y soy estudiante del ciclo de grado medio de guía de montaña en el medio natural y tiempo de ocio.
Cuando empecé a hacer este ciclo nos propusieron varias opciones para realizar las prácticas que teníamos que hacer. Una de ellas fue que podría llevar a cabo un Erasmus. Al principio no lo encontraba muy bien, puesto que era una cosa nueva y era irme del país sin mi familia. Pero lo fui pensando y mi familia me fue animando a elegir esta opción y decidí al final apuntarme a la selección que hacía el instituto para conseguir una plaza.
Cuando me apunté vi que había 20 personas ante mí y pensaba que sería imposible realizar Erasmus, puesto que elegirían a la otra gente antes que a mí. Para poder entrar en el proceso me hicieron presentar mi currículum, un video de presentación con inglés, y me hicieron una entrevista de selección. Solo había cuatro plazas, 3 de un mes y 1 de dos meses. Estas plazas eran para ir a Holanda. Cuando me hicieron la entrevista me vieron una persona muy sociable y muy adaptable a nuevos lugares y a gente que no conocía. Y como nadie quería la plaza de hace dos meses porque era mucho tiempo para ser su primera vez, decidieron cambiar esta plaza por una plaza en Portugal con gente que no era de mi instituto.
Cuando supe que me habían cogido para el Erasmus estuve muy contento, puesto que sería una nueva experiencia y tenía ganas de vivirla, ya que dicen que ir de ERASMUS es una experiencia inolvidable.
Hice el Erasmus en Coimbra, una ciudad similar a Girona, que tiene su encanto y un centro histórico que invita a pasearse y a salir a tomar algo. En el piso donde me alojé estuvo bien. Era un piso sencillo, pero que cubría mis necesidades. En el mismo edificio había otros pisos ocupados por estudiantes de Erasmus, con quiénes hice muy buena relación. Bien es verdad que el hecho de conocer gente de otros lugares del mundo es una cosa súper enriquecedora.
A mí me tocó hacer las prácticas en una hípica. El lugar era muy lejos de allá donde vivíamos y para llegar tenía que coger el autobús y un Uber. Yo vivo en Banyoles y es una ciudad pequeña donde lo tengo todo muy cerca. Aun así, me acostumbré a la distancia sin problema. La hípica era muy grande y la gente de allá me trató muy bien. Trabajamos ocho horas al día y era la primera vez que lo hacía.
Coger el ritmo de trabajo, gestionar la limpieza de mi ropa, organizarse las comidas y vivir el día a día sin mi familia fue uno de los aprendizajes más importantes que he hecho.
Esta experiencia ha sido única y recomiendo vivirla a todos aquellos estudiantes que tengan ganas de ver el mundo. Yo, si puedo, repetiré.
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